domingo, 28 de enero de 2018

HITLER GANÓ LA GUERRAl los verdaderos nazis impunes…- El Problema del petróleo

HITLER GANÓ LA GUERRA POR WALTER GRAZIANO (libro completo)- Rotschild, Rockefeller,Harriman, Morgan, Tyssen,Warburg,Bush…los verdaderos nazis impunes…- El Problema del petróleo https://casajuntoalrio.wordpress.com/2010/03/16/hitler-gano-la-guerra-por-walter-graziano-libro-completo-rotschild-rockefellerharriman-morgan-tyssenwarburgbush-los-verdaderos-nazis-impunes-el-problema-del-petroleo/ EL PROBLEMA DEL PETRÓLEO El petróleo no es precisamente un tema cuyo análisis despierte la pasión de las multitudes. Generalmente se entiende que es un tema para especialistas, demasiado técnico, con aristas muy económicas. Por esta causa, la relativamente poca cantidad de material bibliográfico que surge a cerca del mercado energético mundial suele ser desechada aun por el público más ávido de información, debido a la aridez del tema. Una cosa de la que no tomamos adecuada conciencia es que la vida entera podría ser analizada desde un punto de vista de transformación de la energía. Cuando comemos, o nos vestimos, o desarrollamos cualquier actividad diaria, no estamos haciendo otra cosa que procesar energía. (…) Hay otra manera de ver este mismo tema: el sistema de precios y salarios de toda sociedad, lo cual implica en síntesis el nivel de bienestar que podemos alcanzar cada uno de nosotros, gira en torno a lo barata o cara, escasa o abundante, que sea la energía que interviene en los procesos productivos. (…) Ahora puede quedar claro, entonces, que al hablar de energía no nos referimos a un mercado más o a un bien común y corriente, fácilmente sustituible por otro, sino que hablamos de supervivencia. Si muchas veces no nos ponemos a pensar en estas cuestiones es porque, salvo en contadas ocasiones, no hemos padecido graves problemas para hacernos de la energía necesaria para vivir y consumir los bienes que deseamos. Queda claro, entonces, que no da lo mismo que las fuentes energéticas estén basadas en recursos renovables o no renovables. (…) La inteligencia del hombre ha sido capaz de generar asombros científicos incomparables: se ha llegado a la fórmula y la posible manipulación del genoma humano, hace más de 3 décadas se llegó a la Luna, nos podemos comunicar en forma instantánea con alguien en otra parte del planeta prácticamente sin costo, y se puede dar la vuelta al mundo en horas cuando hasta un par de siglos demandaba meses. A pesar de todo este enorme progreso, la energía con la cual nos movemos, y movemos todos los bienes, es básicamente la misma que se usaba hace un siglo y medio, es un recurso no renovable, escaso, contaminante, y que ha ocasionado terribles guerras, varias de ellas recientes. (…) No es nada improbable que los enormes intereses que hay detrás del oligopolio mundial petrolero hayan provocado su silenciamiento (desarrollo del hidrógeno). Cuando hablamos de monopolio u oligopolio mundial petrolero debemos referirnos ineludiblemente a las empresas derivadas de la antigua Standard Oil, compañía creada luego de la guerra civil norteamericana por el ya mencionado John D. Rockefeller I. DE LOS BARONES LADRONES A LAS SIETE HERMANAS Rockefeller, en muy poco tiempo, se transformó en un tácito monopolista de la industria petrolera norteamericana. Llegó a concentrar en sus manos el 95% de la exploración, explotación, distribución y venta minorista de gasolina en EEUU. Siempre pensó que el negocio petrolero debía estar integrado en forma vertical, o sea una misma firma debe controlar todas las etapas de la producción. Y que la clave del negocio en sí mismo era tener bajo su órbita el proceso de distribución, por lo que llegó a obtener un acuerdo con importantes descuentos con los ferrocarriles que controlaba JP Morgan, acuerdo que resultó a la postre ruinoso para todos sus competidores, a los que uno a uno fue desplazando del mercado, muchas veces mediante la aplicación de métodos semicompulsivos o compulsivos. Ese accionar empresarial, carente de preceptos morales o de códigos, era común en la decena de empresarios que comenzó a controlar la economía norteamericana tras la muerte de Abraham Lincoln. Se trataba de empresarios profundamente odiados por la población en su conjunto, por lo que ya en aquella época fueron bautizados The Robber Barons (Los barones ladrones), expresión que quedó a través de los tiempos, y con la cual aún hoy muchos los recuerdan, a pesar de la acción de una cantidad de biógrafos a sueldo que, con el transcurso de las décadas, la falta de conocimientos reales de historia del pueblo norteamericano y el paso de las generaciones, ahora intentan mostrar un pasado mucho más rosa. Por ejemplo, en su voluminosa biografía de John D. Rockefeller I, el historiador oficial con que hoy cuenta la elite norteamericana, Ron Chernow, titula la biografía de Rockefeller con el nombre de Titán, y lo representa como un personaje ambivalente. En cuanto a las biografías, es necesario mencionar que aquellas que citaban con más detalle algunos de los actos de crueldad y barbarie atribuidos al clan han desaparecido por completo del mercado bibliográfico, al punto que han caído en el olvido episodios tales como la masacre de Ludlow, cuando gente propia de Rockefeller en 1913 mató a mujeres y niños por plegarse a una huelga de la Colorado Oil and Fuel, empresa propiedad de esa familia. (…) El odio popular a los Robber Barons era en aquellas épocas enorme. Se trataba cada vez más de una casta monopolista en sus diferentes actividades, de un verdadero equipo que se ayudaba solidariamente entre sí, cuyos vástagos se casaban entre sí a fin de que no se diseminaran las fortunas familiares. Si bien un siglo antes Adam Smith había comenzado a idear la tesis del individualismo como base de la competencia perfecta, quienes detentaban el poder económico en EUA a fines del siglo XIX constituían en realidad una verdadera corporación. Tan corporativo y concentrado era el poder económico, que en 1890 el gobierno norteamericano se vio en la obligación de dictar la llamada Ley Sherman, legislación antitrust que tardó 21 años en ser aplicada para el caso del petróleo. Recién en 1911 se ordenó la división de la Standard Oil, que pasa así a fracturarse en una serie de empresas más pequeñas estaduales, pero que siguieron durante muchísimo tiempo constituyendo un monopolio en las sombras debido a una conjunción de factores. En primer lugar, el clan Rockefeller recibió un porcentaje de acciones de cada una; en segundo lugar, las particulares condiciones de la Bolsa norteamericana, donde el capital accionario está singularmente atomizado, hacen que con una pequeña fracción del total de las acciones se pueda controlar toda la empresa, sus políticas comerciales y financieras, y hasta el nombramiento de los directores. Los propios bancos relacionados desde fines del siglo XIX con el clan Rockefeller facilitaron que la desmonopolización haya sido sólo un intento vano: una ley presuntamente cumplida, tras la cual hay un monopolio en las sombras. Este proceso se agudiza cuando comienza a proliferar una inmensa gama de fondos de pensión e inversión, en los que la población coloca sus ahorros y los fondos para su jubilación. Estas entidades, muy relacionadas con los bancos, han invertido ingentes cantidades de fondos en comprar aún más acciones de estas empresas. Como estos fondos de inversión y pensión en muchos casos son propiedad de los bancos de la elite norteamericana, o están relacionados con ellos, ésta ha encontrado una “pócima mágica” no sólo para seguir controlando lo que antes eran monopolios dirigidos de manera unipersonal sino para ejercer su dominio sobre muchos otros sectores a los que no hubiera podido acceder si no se hubiera dado esta singular forma de estructura financiera que existe aún hoy en Wall Street. Poseyendo el 5 ó 10% de una empresa, y administrando otra parte, aún cuando no sea de fondos propios sino con los ahorros de la gente invertidos en bancos y fondos de pensión e inversión, se puede controlar totalmente un mercado tan estratégico como el energético. El caso del clan Rockefeller es quizás el principal emblema, pero no el único. Durante buena parte del siglo XX, el monopolio petrolero anglonorteamericano fue rebautizado como The Seven Sisters (Las siete hermanas). Pero el proceso de gran concentración del capital vivido en la década del 90 ha hecho que se dejaran de guardar las apariencias y las empresas petroleras volvieran a fusionarse. De seguir a este ritmo, ya poco faltaría para volver a la primitiva Standard Oil. En efecto, la familia Rockefeller controla los conglomerados petrolíferos ExxonMobil, Chevron/Gulf/Texaco, y BP-Amoco (British Petroleum-Amoco). También le corresponde, por ejemplo, y entre muchos otros intereses petrolíferos en el resto de mundo, una proporción muy importante en el petróleo que Repsol posee en la Argentina dado que Aznar vendió en 1997 acciones de Repsol en la Bolsa de Madrid y fueron compradas nada menos que por el Chase Manhattan Bank(1). Este banco, también controlado por la familia Rockefeller, adquirió recientemente al JP Morgan, al Chemical Bank y al Manufacturers Hannover. Desde hace tiempo, la misma familia también controla al Citibank e influye decisivamente en el Bank of America. (…) Si nos detenemos a pensar un poco en este punto, se observa que la decisión de ir a Irak e invadirlo contra viento y marea es una decisión estratégica con miras a estar donde está el petróleo, a manejarlo y extraerlo como si fuera propio, y a no depender de la buena voluntad de empresas estatales y líderes nacionales. (…) Controlar la energía es tener el poder. (…) Desde 1970, cuando Estados Unidos alcanzó el denominado “techo de producción anual”, ésta no ha cesado de declinar… El descenso ha sido particularmente mayor en los años 90 y en el inicio de este siglo, ya que a lo largo de una década cayó casi 20%… Hoy EUA no llega a producir el 45% del petróleo que consume… Se calcula que al actual ritmo de producción, el petróleo norteamericano se extinguirá en el año 2010. Peor aún es la situación en Inglaterra: los pozos descubiertos en el Mar del Norte, cuya propiedad comparten Inglaterra y Noruega, sobre los que se llegó a pensar en su momento que eran muchos más grandes, han resultado menos abundantes que lo previsto, y se calcula que Inglaterra se quedará sin petróleo aproximadamente en el año 2012. (…) Pero… Hay incluso tipos de petróleo que aún hoy no poseen valor económico, y otros ubicados en zonas de muy difícil acceso, cuya explotación sería cara y sólo tendría sentido con un precio mundial del crudo compatible con cerca de 80 dólares el barril a valores del presente, actualizados por la tasa de inflación en Estados Unidos, al que se llegó durante la segunda crisis petrolera mundial a raíz del conflicto entre Estados Unidos e Irán en 1979. …los supuestos “errores” de apreciación del Fondo Monetario Internacional, que contribuyeron a que se gesten y perduren muchas de las crisis de los últimos años, en realidad no fueron tales, sino que han sido funcionales a esta necesidad de reducir el consumo de energía per cápita, que bajo determinadas condiciones puede convertirse directamente en una necesidad de ir comenzando a reducir la cantidad de “cápitas”. JOHN DAVID TUVO DOS HIJAS: LA STANDARD OIL Y LA UNIVERSIDAD DE CHICAGO (…) Se nos había enseñado que el sistema de universidades norteamericano era el más desarrollado del mundo, que su actitud hacia el conocimiento científico era frío e imparcial. Que la ciencia progresa en estas universidades independientemente de presiones políticas y de conveniencias económicas y empresariales. ¿Cómo pudo ocurrir esto, entonces? (el autor se refiere a la difusión de las teorías de Chicago de Friedman y Lucas). Un detalle no menor que se debe tener en cuenta es que las 2 escuelas mencionadas (se refiere al monetarismo y a la escuela de las expectativas racionales) se originaron, desarrollaron y expandieron desde la Universidad de Chicago, recibiendo fuertes dosis de financiamiento de esa casa de estudios. El financiamiento no se detuvo sólo en pagar elevados salarios de los investigadores que desarrollaban las teorías monetaristas y de expectativas racionales en ese recinto académico, sino que además también abarcó la costosa campaña de difusión de estas ideas en los medios de comunicación. (…) Es evidente que ha habido poderosos intereses detrás de las teorías de la denominada Escuela de Chicago, que ha constituido el basamento para lo que hoy es la globalización, aún cuando se trataba, ni más ni menos, que de un saber falso. ¿Qué intereses están detrás de la Universidad de Chicago? Pues bien, fue fundada por el magnate petrolero John D. Rockefeller I, creador además del mayor monopolio petrolífero del mundo: la Standard Oil. Esa casa de estudios superiores ha sido siempre un baluarte de la industria petrolera. Pero el control de una alta casa de estudios como la Universidad de Chicago por sí solo no hubiera bastado, en medio de un contexto intelectual muy independiente, para imponer las ideas de Milton Friedman y Robert Lucas de la manera en que se hizo. Si hubiera existido un contexto intelectual realmente independiente, habrían aparecido fuertes críticas a los supuestos psicológicos y sociológicos que el ingeniero Lucas introducía en sus teorías. ¿Por qué, entonces, el nivel de críticas que recibió la Escuela de Expectativas Racionales no llegó a ser muy importante? Pues bien, la industria petrolera no sólo fundó la Universidad de Chicago sino que controla, en forma directa o indirecta, al menos a las universidades de Harvard, New York, Columbia y Stanford, y además está presente en muchas universidades. Es usual que muchos de los directivos de estas casas de estudios superiores alternen tareas en empresas petroleras o en instituciones financieras muy relacionadas con dicho sector. (…) …no debe llamar la atención tanto que las teorías clásicas de la economía y sus derivadas (Friedman, Lucas, etc.) den prácticamente un trato uniforme a todos los mercados, de todos los bienes, en todos los países y en todo momento, sin hacer distinción entre ellos. (…) el petróleo es un recurso no renovable, por lo que su mercado es de características especiales. A pesar de ello, es una cuestión que escapa al tratamiento que se le da usualmente en la teoría económica: la teoría suele tratarlo como si fuera un mercado más. (…) Pero los defectos de la Escuela de Chicago no se reducen a desconocer esto y a negar los descubrimientos de Nash, Lipsey y Lancaster. Es llamativo el hecho de que el propio producto, de características particulares, cuya explotación permitió la fundación de la propia universidad, y el control de otras tantas, es un bien que no fue tratado en la teoría de una manera especial al ser un recurso no renovable, por Friedman y Lucas, quienes tampoco tienen en cuenta que precisamente el petróleo es el bien cuyo mercado ostenta el mayor nivel de cartelización del mundo. Paradójicamente, quienes intentaron ejercer un verdadero oligopolio en el estratégico mercado de la energía fomentaron la creación y difusión de teorías económicas basadas en la libre competencia, la ausencia de regulaciones estatales, el paraíso del consumidor y la competencia constante entre sí de una enorme gama de productores que sólo tienen en teoría una ganancia exigua que realizar. Ahora comenzaba a quedarme más claro porqué, y debido a quiénes, el principal descubrimiento de Nash había permanecido bastante oculto y, al mismo tiempo, aparecía como un enigma el verdadero estado de situación del mercado petrolero, sobre todo a la luz de las guerras ocurridas en el siglo XXI. * Walter Graziano, Hitler ganó la guerra, Editorial Sudamericana, 2º edición, Buenos Aires, 2004. 1 Algo similar ocurrió con Telefónica de España. Las acciones vendidas en la Bolsa de Madrid por el Estado español fueron compradas en forma mayoritaria por bancos estadounidenses muy relacionados con el clan (Rockefeller) que controla el petróleo norteamericano. Libro completo en internet: http://www.scribd.com/doc/12431418/WalterGrazianoHitler-gano-la-Guerra

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